Los Pensamientos Humanos y la Rotación del Planeta

Introducción

El giro constante de la Tierra no es un simple movimiento mecánico del cosmos: es un latido vivo que conecta al planeta con la conciencia de la humanidad.

La rotación terrestre genera campos energéticos invisibles que, aunque no los percibamos a simple vista, resuenan con la frecuencia de nuestros pensamientos y viceversa.

La resonancia del planeta y la mente humana

La ciencia reconoce la existencia de las llamadas resonancias Schumann, ondas electromagnéticas que vibraban a frecuencias muy bajas, alrededor de 7,83 Hz.

Lo asombroso es que, según la ciencia, esa frecuencia coincide con las ondas alfa del cerebro humano, las mismas que alcanzamos en estados de calma, meditación y conexión espiritual, cuando realmente es "embobamiento".

¿Es casualidad? No. Es la prueba de que la Tierra y la humanidad laten en la misma vibración.

El poder colectivo de la mente

Cada pensamiento no se queda en la intimidad de nuestra mente: se proyecta como energía que influye en el campo magnético terrestre.

Cuando la humanidad vibra en miedo, ira o confusión, se genera una distorsión en la armonía del planeta. Pero cuando predominan pensamientos de amor, paz y unidad, se fortalece la resonancia natural de la Tierra, ayudando a que su rotación fluya en equilibrio con el orden universal.

Un reflejo del movimiento interior

Así como la Tierra nunca deja de girar, nuestra mente nunca deja de pensar. La pregunta es: ¿hacemos que esos pensamientos giren en caos, como una tormenta, o los sincronizamos con la danza armónica del planeta?

Al elevar nuestra conciencia, alineamos nuestra mente con el latido de la Tierra, y en esa unión descubrimos que no somos pasajeros en este planeta: somos parte activa de su movimiento y de su destino