Aplicado a los seres humanos.
Introducción
Nuestra mente rige las emociones para dirigirlas en su proceso natural de la evolución espiritual. Pero son las emociones que le dan la potencia a nuestras acciones para la ejecución de este maravilloso proyecto.
El Amor
El amor es un sentimiento excelso que lo une todo, por eso decimos que es el mejor pegamento del universo. Cuando vivimos llenos de sentimientos de amor provocamos una elevación de nuestro nivel de conciencia auspiciando nuestra evolución espiritual.
El amor nos da puntos de vista que nos armonizan con los demás seres humanos, animales, plantas y minerales, con todo el medio ambiente circundante. El amor nos conduce a unidad en todo, desde la salud integral en nuestros cuerpos, produciéndonos alegría, disfrutando cada momento y hasta manteniéndonos en un estado sostenido de felicidad.
El amor es el motor que impulsa el universo, manteniendo su cohesión, sincronizando sus energías con precisión total.
El Miedo
Es la energía que se opone al amor, el miedo nos congela para actuar, nos hace separarnos de los demás seres humanos, animales, plantas y minerales, siendo una energía destructora del universo.
El miedo nos hace sentir amenazados, eso nos conduce a apagar el sentimiento del amor, generando energías de duda que nos llevan a producir las energías densas rompiendo así con el proceso natural de nuestra evolución espiritual, invirtiendo el proceso, de evolutivo a un normalmente artificial proceso involutivo.
Este proceso involutivo nos puede llevar a seguir degradando nuestra frecuencia vibratoria, conduciéndonos a generar los más burdos sentimientos como el odio, el rencor, etcétera.
El miedo es el mejor destructor del universo, porque lo separa todo, nos pone a dudar, a sufrir, etc., a sentirnos amenazados, a involucionar a través de sus energías relacionadas.
La principal ley universal es evolucionar y voluntariamente sólo se puede hacer a través del amor. Cuando albergas el miedo, automáticamente te paraliza tu evolución, iniciando el proceso opuesto con dudas y resentimientos, etcétera.
Poseemos el libre albedrío para escoger la calidad de nuestros pensamientos, aunque los mismos han sido manipulados por seres regresivos desde la cuarta dimensión. Estos seres regresivos obtienen provechos innumerables cuando nos manipulan para producir los más bajos sentimientos.
Pero indistintamente siempre podemos elegir qué pensamiento albergamos y cuáles son los sentimientos que genera este pensamiento. Esta decisión va a afectar nuestro nivel de conciencia al elevarlo o sumergirlo y determinar si evolucionamos o no. La evolución espiritual nos lleva a sentimientos progresivos de felicidad, mientras que el miedo nos lleva a convertirnos en seres amargados, resentidos y totalmente infelices.
Es de nuestra exclusiva competencia elegir si albergamos pensamientos que producen los sentimientos de amor o miedo. Somos nosotros los únicos responsables de nuestra evolución o involución espiritual, somos los únicos que podemos tomar esas decisiones, de eso se trata el verdadero libre albedrío.
Aunque los pensamientos sean inducidos por terceros y los procesemos inconscientemente, tenemos que asumir la responsabilidad por los mismos. En el universo no existen atajos porque se rige por principios que actúan para mantener el equilibrio.
Nuestras informaciones revelan LA VERDAD para que tomemos conciencia y podamos tomar el control y así elegir los pensamientos altruistas que nos lleven a los sentimientos más excelsos y produzcan nuestra evolución espiritual, generando el efecto colateral de liberarnos de la cárcel vibracional que atrapa nuestro nivel de conciencia.
Nuestro grupo irradia armonía porque al revelar LA VERDAD nos conduce a mejorarnos a nosotros mismos y convertirnos en humanos galácticos merecedores de vivir en los mundos naturales, a partir de la quinta dimensión
Mi manera de manejar el miedo , al centro esa sensación me desagrada tanto que enseguida busco el amor en mí y me molestó con el miedo desechandolo por completo el ignorando esa sensación, afrontó de una manera radical